martes, 19 de abril de 2011

Descanso

Quisiera, alguna vez,
despegarme del tiempo.
No saber jamás la hora.
No saber ni del recuerdo.
Ocultarme para siempre
en algún instante quieto.

Quisiera ir muy lejos,
donde nadie me espere.
Donde el silencio es un grito
que a nadie le duele,
y mis ojos marchitos
el dolor nunca viesen.

Quisiera estar en paz;
dormirme solitario
en las vías del tren,
o en el medio del mar
o en un bosque abandonado,
sin estrellas que adorar.

Y desde allí mirar el día
volviéndose de noche;
así, oscura y fría
como estas palabras.
Cerrar los ojos.
Olvidar mi vida
y no sentir más nada.

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